Los dolores de cabeza provocados por el consumo de alcohol se sienten como pulsaciones, palpitaciones o latidos y están causados por diversos factores. Beber en exceso provoca intoxicación y, como consecuencia, resaca al día siguiente. Las cantidades excesivas de aceites de fusel y acetaldehído en el vino también favorecen su aparición. Otras causas son la pérdida excesiva de líquidos y minerales. El alcohol provoca una fuerte deshidratación del organismo.
En determinadas circunstancias, se excreta más líquido que la cantidad bebida. En el proceso se pierden minerales importantes como el magnesio. Incluso un bajo consumo de alcohol puede provocar dolores de cabeza o migrañas a las personas alérgicas, debido sobre todo a la histamina, la quercetina y la tiramina presentes en el vino tinto. Véanse también las palabras clave alcoholismo y salud.
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Markus J. Eser
Weinakademiker und Herausgeber „Der Weinkalender“