Gas incombustible, incoloro e inodoro, ácido (también dióxido de carbono) con la fórmula molecular CO2. Coloquialmente, el dióxido de carbono suele denominarse incorrectamente ácido carbónico. En forma sólida, como hielo seco, se utiliza como refrigerante. El gas se produce durante todos los procesos de combustión y también durante la respiración de los seres humanos y animales. También se encuentra en las rocas volcánicas y a grandes profundidades.
En la atmósfera, el dióxido de carbono sólo constituye una pequeña fracción del 0,039%, pero esta ínfima cantidad es indispensable para toda la vida, ya que las plantas lo necesitan durante la fotosíntesis y en el proceso se forma oxígeno. Desde la industrialización, la proporción ha aumentado alrededor de un 44% en relación con el cambio climático y el efecto invernadero asociado. La proporción es mayor en el hemisferio norte (debido a la mayor masa terrestre). Las condiciones meteorológicas extremas resultantes, con olas de calor, también tienen un impacto negativo en la viticultura (véase el apartado sobre descarbonización).
Contenido de dióxido de carbono
El dióxido de carbono se disuelve tanto en los líquidos como en el vino en función de la presión y la temperatura. Cuando se disuelve, también se forma ácido carbónico por reacción con el agua en una cantidad mínima de sólo el 0,2%. Sin embargo, la mayor parte, con más del 99%, es el dióxido de carbono disuelto en el vino (que aún no produce ácido carbónico), que se combina con el ácido carbónico real como "ácido carbónico libre". A medida que la vid crece, el azúcar de la uva se forma a partir de dióxido de carbono y agua. Durante la fermentación, el azúcar se convierte en dióxido de carbono y alcohol.
Con 1,98 g/l, el dióxido de carbono es aproximadamente...
