Junto con el clima y la variedad de uva, es uno de los factores que más influyen en la calidad del vino. Los distintos tipos de suelo se han desarrollado a lo largo de millones de años mediante la meteorización física y química de las rocas y la humificación de la materia orgánica. En la meteorización física, fuerzas naturales como el viento, el agua, el calor, el frío y las heladas provocan inicialmente la desintegración mecánica de las formaciones rocosas en terrones y grava. En este proceso desempeñan un papel importante las fuertes temperaturas opuestas, la fricción y las fuerzas de cizallamiento, así como el chorro de agua helada. Los procesos de meteorización química, como la oxidación, los procesos de disolución y los ataques ácidos, atacan la estructura reticular mineral de las rocas. En el proceso, primero se disuelven los minerales fácilmente solubles en agua, como los carbonatos (sales inorgánicas y ésteres orgánicos del ácido carbónico) y los sulfatos, y la roca se descompone lentamente en arenilla, arena, limo o arcilla. Todas las rocas, incluso las más duras como el granito o el cuarzo, acaban descomponiéndose en polvo, aunque tarden muchos millones de años.
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En el pasado, se necesitaba una gran cantidad de enciclopedias y literatura especializada para estar al día en la vida profesional de los vinófilos. Hoy en día, la enciclopedia del vino de wein.plus es uno de mis mejores ayudantes, y puede llamarse, con razón, la "biblia del conocimiento del vino".
Prof. Dr. Walter Kutscher
Lehrgangsleiter Sommelierausbildung WIFI-Wien