Proceso popular en el siglo XIX en el que se añadía glicerina al vino. El Meyers Konversations-Lexikon de 1888 lo describe así: En tiempos más recientes, se añade glicerina al vino agrio (1-3% en volumen) para enmascarar la acidez y dar más cuerpo al vino, haciéndolo más corpulento. El proceso lleva el nombre del químico alemán Karl Wilhelm Scheele (1742-1786). Descubrió las sustancias cloro, glicerina, manganeso, ácido láctico, oxígeno, sulfuro de hidrógeno y ácido tartárico, entre otras, con medios limitados y aparatos sencillos.
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Dr. Edgar Müller
Dozent, Önologe und Weinbauberater, Bad Kreuznach