En viticultura, este término puede tener dos significados:
En meteorología, término común para el agua que, o bien cae a la tierra en forma líquida de lluvia o tormentas eléctricas y/o en forma sólida de granizo, aguanieve, llovizna o nieve procedente de las nubes, o bien se deposita como precipitación superficial directamente por condensación (como en el rocío) o resublimación, es decir, la transición inmediata de una sustancia del estado gaseoso al sólido (como en la escarcha) en objetos como la superficie terrestre. La cantidad de precipitaciones necesarias en viticultura también depende de las condiciones respectivas del suelo, como el drenaje del agua y su capacidad de almacenamiento. El límite inferior anual es de al menos 200 mm de precipitaciones; para una viticultura de calidad se requiere una media de 500 mm y de 750 mm en climas más cálidos con alta evaporación.
El glosario es un logro monumental y una de las contribuciones más importantes al conocimiento del vino. De todas las enciclopedias que utilizo sobre el tema del vino, es la más importante con diferencia. Así era hace diez años y no ha cambiado desde entonces.
Andreas Essl
Autor, Modena