Ciertas especies de aves, como los tordos (mirlos), faisanes, perdices, gorriones y estorninos, atacan las uvas dulces durante el periodo de maduración, a partir de agosto o al comienzo de la vendimia, y pueden provocar una reducción considerable del rendimiento. Las plagas de aves en los viñedos están descritas desde la antigüedad y siguen siendo un problema mundial en la actualidad. En primavera y verano, sin embargo, pueden ser deseables como insectívoros y, por tanto, como insectos beneficiosos. En casos extremos, pueden producirse bandadas muy numerosas de hasta 10.000 aves o más, especialmente en el caso de los estorninos. Si una bandada de aves de este tipo se instala en un viñedo, éste queda "cosechado" en poco tiempo.
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Markus J. Eser
Weinakademiker und Herausgeber „Der Weinkalender“