Zork

Cierre alternativo para botellas desarrollado en Australia y presentado por primera vez al público en 2004. Consta de tres partes: tapa, lámina y frasco. El tapón es de polietileno y encierra el cuello de la botella. La lámina, de aluminio (como en un tapón de rosca), está soldada en el interior del tapón e impide la entrada de oxígeno en la botella. El frasco, también de polietileno, se fija en el interior de la botella y se prolonga en el cuello de la misma como un tapón. Sólo este frasco, que está soldado a la película, está en contacto con el vino. El material del frasco ha sido probado por el AWRI (Instituto Australiano de Investigación del Vino) y no muestra efectos negativos en el vino. Todos los materiales han sido aprobados por la FDA (Food and Drug Administration) estadounidense y por la UE. El polietileno es uno de los tipos de polímero más puros y se ha utilizado en la industria de envasado de alimentos y bebidas durante muchos años. La parte inferior del tapón de cierre consiste en una banda rasgable enrollada en espiral alrededor del cuello, que se utiliza para liberar el tapón y retirarlo con un "plop". Una serie de pruebas de 12 meses demostró que la degradación del dióxido de azufre es más lenta que con los tapones de plástico, pero más rápida que con los tapones de rosca o naturales. Véase también el apartado de cierres.