Asistentes femeninas del dios del vino Dionisio; véase allí.
Dios griego de la vegetación, la viticultura y el éxtasis o la embriaguez. También se le llamaba Bromios (ruidoso) o Bakchos (gritón) por el ruido que hacía su séquito. De ahí deriva el nombre de Baco, habitual en la mitología romana. Se le suele representar con hiedra o sarmientos y uvas. Sus atributos externos son el bastón thyrsos, adornado con hiedra y vides como símbolo de la fertilidad, y el kantharos (recipiente para beber vino) que aparece en el centro del cuadro, en el que se representa a Dionisio con un sátiro (izquierda) y en conversación con Hermes, el mensajero de los dioses (derecha). Dionisio también sostiene un kantharos así en su mano derecha. Las compañeras de Dionisio eran las Ménades. La mención más antigua que se hace de él data del siglo XIII a.C., aunque existen varias versiones diferentes sobre su nacimiento y su vida.
Según la versión más común, Zeus engendró a Dioniso con la bella Sémele, hija de Kadmos, rey de Tebas. Este asunto divino se considera el acto fundacional de la cultura vitivinícola en Grecia. Por intrigas de Hera, la celosa esposa de Zeus, éste mató involuntariamente a Semele al mostrarse ante ella en todo su esplendor por expreso deseo de ésta, quemándola. Zeus sacó al aún no nacido Dionisio de su vientre y lo dejó madurar en sus caderas durante otros tres meses. Para protegerlo de Hera, creció en una cueva y fue educado por ninfas. Sin embargo, de adulto fue descubierto por Hera y le sobrevino la locura, por lo que vagó sin rumbo por el mundo, llegando hasta Egipto y Siria. Finalmente fue curado por la Titana Rea.
De camino a Italia, Dionisio...
Por mis muchos años de trabajo como redactor con un enfoque vinícola, siempre me gusta informarme en la enciclopedia del vino cuando tengo preguntas especiales. La lectura espontánea y el seguimiento de los enlaces suelen conducir a descubrimientos apasionantes en el amplio mundo del vino.
Dr. Christa Hanten
Fachjournalistin, Lektorin und Verkosterin, Wien