Los rosales suelen plantarse en los bordes de los viñedos o al final de cada hilera de cepas. Actúan como "centinelas" o plantas indicadoras, por así decirlo, ya que son atacadas por el mildiu (oídio y mildiu velloso) antes que las vides e informan así al viticultor de la infestación con tiempo suficiente para que tome medidas preventivas de defensa. Los rosales también sirven de refugio a los insectos beneficiosos. Se trata de una práctica habitual en la región vitícola francesa de Graves, por ejemplo, pero también en muchos otros países, aunque la eficacia real de este sistema de alerta precoz no es indiscutible.
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Dr. Edgar Müller
Dozent, Önologe und Weinbauberater, Bad Kreuznach