Un envase especial ("bag in a box") para bebidas que fue inventado en 1955 por William R. Scholle. Se popularizó en los años 70 y se utilizó principalmente para leche, zumos de fruta y, más tarde, también vino. El líquido está contenido en una bolsa de material compuesto (por ejemplo, aluminio/polietileno o polietileno/alcohol vinílico), protegida por una funda estabilizadora de cartón ondulado o madera.
Además de las clásicas cajas bag-in-box con cartón en forma de cubo, también existen versiones visualmente más sofisticadas con forma cilíndrica (bag-in-tube). La bolsa lleva una válvula de vaciado (véase la imagen de abajo). Al vaciarla, la bolsa se contrae, de modo que el volumen de fuga no se sustituye por aire y se evita el contacto con el oxígeno. Esto garantiza una mayor estabilidad del sabor. El volumen de los contenedores de vino es de 1,5 / 3 / 5 y 10 litros. Para este fin, ahora también hay disponibles neveras especiales y económicas que pueden contener hasta tres bag-in-box. La alimentación puede realizarse a través de la red eléctrica normal, pero también mediante el encendedor del coche. Al principio, esta forma se impuso rápidamente en el extranjero, en países como Australia, Nueva Zelanda y Argentina, así como en el norte de Europa.
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Markus J. Eser
Weinakademiker und Herausgeber „Der Weinkalender“