Término (en botánica también yema o gemma) para el estado juvenil de un nuevo brote o retoño. En la vid, el ojo se sitúa en las axilas de las hojas en los nudos de los sarmientos de un año, por lo que también se denomina yema axilar o brote axilar. El llamado ojo de invierno está formado por brácteas leñosas que se apilan en varias capas y encierran las plantas primarias, ya prediferenciadas, del nuevo brote. Ya son visibles en miniatura los segmentos del eje del brote con los apéndices angulados lateralmente para las hojas (follaje), los zarcillos (órganos de sujeción) y las inflorescencias (patas). Las cavidades de la yema están llenas de finos pelos lanosos, de modo que el brote está protegido de las lesiones físicas, las heladas y la humedad durante el letargo invernal hasta la brotación en primavera. En el lugar de los nodos se encuentra el diafragma (puente de madera).
Además del ojo principal (planta para el brote principal), cada brote de invierno contiene también dos ojos laterales (lateralis = lateral) en la base de la base del brote. Estas también están ya prediferenciadas, pero tienen una estructura más sencilla y sirven como yemas de reemplazo en caso de emergencia. Por regla general, sólo brotan cuando el ojo principal o el brote joven que emerge de él ha sido destruido por circunstancias externas como las heladas tempranas, el ramoneo de la caza (por parte de los ciervos o las liebres) o los daños causados por los insectos, o permanece...
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Thomas Götz
Weinberater, Weinblogger und Journalist; Schwendi