Por regla general, las bayas de uva tienen de cuatro a cinco (raramente seis) semillas. Las bayas sin pepitas o sin semillas son un importante criterio de calidad para las uvas de mesa, por lo que se crían variedades con esta característica. Las bayas completamente sin semillas son un fenómeno de la naturaleza debido a diversas condiciones ambientales. El fenómeno se produce principalmente como consecuencia de la partenocarpia (frutos vírgenes), es decir, el desarrollo de los frutos sin fecundación previa. Sin embargo, en sentido estricto, estas uvas no tienen exclusivamente bayas sin pepitas, sino sin semillas. Además, debido a su suavidad, no se notan en absoluto cuando se consumen. El número, el tamaño y la calidad de las uvas dependen no sólo de factores hereditarios, sino también de la temperatura durante el crecimiento.
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Sigi Hiss
freier Autor und Weinberater (Fine, Vinum u.a.), Bad Krozingen