Este defecto del vino, que se da con frecuencia (también Bitscherl, Fasston, Muffton), se manifiesta con un olor y sabor a moho en el vino. Las causas principales son barriles de madera mal limpiados. Especialmente en las barricas más antiguas, los poros sucios o las costras tartáricas son un caldo de cultivo ideal para los microorganismos. Las barricas contaminadas deben ser limpiadas y/o desinfectadas mediante el cepillado de la pared interior. En las barricas nuevas a las que no se les ha hecho el vino verde, puede producirse el defecto del vino amaderado (bellota, sabor a bronceado, Neuerl). Ambos fallos pueden evitarse mediante la conservación en húmedo. Véase también el apartado de gusto por el moho, así como las palabras clave pertinentes en el apartado de barril.
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Markus J. Eser
Weinakademiker und Herausgeber „Der Weinkalender“