El suministro de agua en la cantidad adecuada y en el mejor momento posible es un requisito importante para el crecimiento de las vides y es indispensable en la fotosíntesis. Esto se hace de forma natural a través de la precipitación (lluvia), la cantidad necesaria (dependiendo del clima, el tipo de suelo y la variedad de uva) suele ser de entre 500 y 750 milímetros al año. Sin embargo, con unas condiciones de suelo ideales, también se pueden tolerar mayores cantidades de precipitaciones. En la región portuguesa de Vinho Verde, por ejemplo, la cantidad de precipitaciones es de 1.500 milímetros. Además de la cantidad, el momento en que se produce juega un papel importante en el curso del ciclo anual de la vegetación.
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Dominik Trick
Technischer Lehrer, staatl. geprüfter Sommelier, Hotelfachschule Heidelberg