Los recipientes para almacenar y disfrutar del vino son casi tan antiguos como la propia bebida. Los hallazgos arqueológicos demuestran que los egipcios conocieron la producción de vidrio en el Reino Nuevo, alrededor del año 1500 a.C.. Además de jarras de arcilla, también utilizaban botellas de vidrio para el vino. En esa época, griegos y romanos seguían utilizando principalmente ánforas de barro. Sin embargo, los romanos ya utilizaban corchos para sellar estos recipientes. Los recipientes de bronce también eran comunes en la Antigüedad; en 1952, se encontró un caldero de bronce de 1,64 metros de altura en la tumba de una princesa borgoñona, que se había utilizado para transportar vino desde Grecia. Entre los diversos recipientes para almacenar o beber figuraban el kantharos, el krater y el oinochoe.
El glosario es un logro monumental y una de las contribuciones más importantes al conocimiento del vino. De todas las enciclopedias que utilizo sobre el tema del vino, es la más importante con diferencia. Así era hace diez años y no ha cambiado desde entonces.
Andreas Essl
Autor, Modena