Término (también conocido como yema o gemma en botánica) que designa el estado juvenil de un nuevo brote. En la vid, el ojo se localiza en las axilas de las hojas en los nudos de los brotes de un año, por lo que también se conoce como yema axilar o yema axilar. El llamado ojo de invierno está formado por brácteas lignificadas que se apilan en varias capas y envuelven las plantas primarias, ya prediferenciadas, del nuevo brote. Los segmentos del eje del brote ya pueden reconocerse en miniatura, con los apéndices angulados lateralmente para las hojas (follaje), los zarcillos (órganos de sujeción) y las inflorescencias (pistilos). Las cavidades de la yema están rellenas de finos pelos lanosos para proteger el brote de lesiones físicas, heladas y humedad durante el periodo de latencia invernal hasta la brotación en primavera. El diafragma (puente de madera) se encuentra en los nudos.
Además del ojo principal (anlage para el brote principal), cada brote de invierno contiene también dos ojos laterales (lateralis = de lado) en la base del brote. Éstos también están prediferenciados, pero tienen una estructura más simple y sirven como yemas de sustitución en caso de emergencia. Por lo general, sólo brotan si la yema principal o el brote joven que emerge de ella han sido destruidos por circunstancias externas como heladas tempranas, el ramoneo de la caza (ciervos o liebres) o daños causados por insectos, o si su crecimiento...
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Dr. Christa Hanten
Fachjournalistin, Lektorin und Verkosterin, Wien