El rey francés Enrique IV (1553-1610), el primero de los Borbones, está considerado como un gran conocedor y fue también un amante muy especial del vino (en algunas fuentes se le llama "borracho"). Existen innumerables historias sobre él, algunas de ellas legendarias, en relación con el vino. Enrique IV fue bautizado como católico romano, pero cambió su fe varias veces. Como rey Enrique de Navarra, fue un líder hugonote (protestante). Después de prolongadas batallas con los católicos franceses, se le propuso como rey de Francia, pero no fue reconocido por la Liga Católica por el momento. Por ello, se convierte de nuevo al catolicismo y recibe la abjuración (readmisión) el 25 de julio de 1593 en la basílica de Saint-Denis. En este contexto, se ha transmitido su frase "París vale una misa" (Paris vaut bien une messe), que posteriormente pusieron en su boca los protestantes. También introdujo los "Carabiniers du Roi", los predecesores de los mosqueteros, como guardaespaldas del rey. Esto no le sirvió de nada, ya que fue asesinado por un fanático católico (por cierto, fue el decimoctavo intento de asesinato contra él).
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Roman Horvath MW
Domäne Wachau (Wachau)