Esta técnica de fermentación es la más antigua y sigue siendo el método más extendido para elaborar vino tinto. Normalmente, primero se realiza el despalillado para separar las bayas del esqueleto de la uva. Las bayas se aplastan para que su jugo pueda salir. En los países meridionales, todavía es habitual pisar con los pies descalzos para romper las bayas con suavidad. Esta mezcla de zumo y pulpa de fruta se denomina mosto. La cuestión de la fermentación pura o espontánea desempeña un papel mucho menor que en el caso del vino blanco, ya que en el mosto entran muchas más levaduras de viña con los hollejos. Esto significa que también es posible lograr sin problemas una buena fermentación (fermentación completa) utilizando levaduras naturales. La tendencia actual es conseguir un vino tinto oscuro, con color y taninos lo más armoniosos posible. La imagen de la izquierda muestra una fermentación en mosto abierto, la de la derecha un orujo de vino tinto.
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Por mis muchos años de trabajo como redactor con un enfoque vinícola, siempre me gusta informarme en la enciclopedia del vino cuando tengo preguntas especiales. La lectura espontánea y el seguimiento de los enlaces suelen conducir a descubrimientos apasionantes en el amplio mundo del vino.
Dr. Christa Hanten
Fachjournalistin, Lektorin und Verkosterin, Wien