La planificación de determinadas actividades agrícolas, como la siembra, el laboreo y la cosecha, según el calendario lunar, o su realización en fases lunares y constelaciones planetarias muy concretas, ya era recomendada por diversos autores en la Antigüedad. La luna creciente se asociaba con el crecimiento, y la menguante con la poda y la cosecha. El vino cosechado en luna creciente se consideraba menos duradero que el cosechado en luna menguante. El clérigo austriaco Johann Rasch (1540-1612) también trata este tema con detalle en su famosa obra estándar "Weinbuch: Von Baw, Pfleg und Brauch des Weins". El viticultor palatino e historiador de la viticultura Armand Emil Friedrich von Bassermann-Jordan (1872-1959) se refiere en este contexto a la ordenanza vitícola de Württemberg de 1614 en su obra estándar "Historia de la viticultura" publicada en 1909. Allí se recomienda expresamente la observancia de las fases de la luna en el viñedo según modelos antiguos. Entre otras cosas, "(las nuevas vides) deben plantarse a tres zapatos de altura y a la profundidad adecuada cuando la luna está menguante". En Baden, según el "Herbst- und Rebbauordnung 1764" (Reglamento de otoño y viñedo de 1764), la poda sólo podía realizarse cuando la luna estaba menguante.
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Por mis muchos años de trabajo como redactor con un enfoque vinícola, siempre me gusta informarme en la enciclopedia del vino cuando tengo preguntas especiales. La lectura espontánea y el seguimiento de los enlaces suelen conducir a descubrimientos apasionantes en el amplio mundo del vino.
Dr. Christa Hanten
Fachjournalistin, Lektorin und Verkosterin, Wien