La copa de champán en forma de cuenco poco profundo, especialmente común en el siglo XIX. Según la leyenda, se inspiró en el busto de la reina francesa María Antonieta (1755-1793). El diseño real de la copa en forma de cuenco se atribuye al escritor y escritor satírico francés Marqués de Saint-Évremond (1610-1703), que contribuyó en gran medida a la popularidad y difusión del champán.
Sin embargo, la coupe no es ideal para el vino espumoso, ya que las burbujas de dióxido de carbono y los aromas se evaporan con demasiada rapidez debido a la gran superficie del líquido. La flûte, estrecha y alta, es mucho más adecuada para ello. Los puristas del champán afirman que el único uso sensato de la coupe es construir una pirámide de champán y disfrutar del espumoso vertido lo antes posible.
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Markus J. Eser
Weinakademiker und Herausgeber „Der Weinkalender“