Tras los desastres causados en la viticultura por el oídio y la filoxera, en 1878 se introdujo en Francia, procedente de América, la enfermedad fúngica "mildiu velloso". Alexis Millardet (1838-1902), catedrático de Botánica de la Universidad de Burdeos, desarrolló lo que denominó "pulpa bordelesa" y la recomendó en 1885 como remedio eficaz contra esta nueva enfermedad fúngica desconocida hasta entonces. El descubrimiento fue más o menos una coincidencia. Millardet observó que las vides de un viñedo estaban infectadas por esta enfermedad, pero que el viñedo vecino no lo estaba, a pesar de que las uvas de estas vides sanas estaban cubiertas por una capa de color azul claro.
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Dr. Edgar Müller
Dozent, Önologe und Weinbauberater, Bad Kreuznach