En el sentido de la palabra "aguardiente o destilado de vino". El término deriva del alto alemán medio "gebranter wīn", desde el siglo XVI en formas como "brandten wīn", "brenten wein" y "brantewein". Con el paso del tiempo, se impuso en el lenguaje común como término para designar cualquier producto alcohólico con mayor graduación (a partir de un 40% vol. aproximadamente) obtenido por destilación. Incluso si el producto de partida no era vino sino, por ejemplo, destilados de frutas o aromatizados. Debido a este mal uso y a la confusión, en 1989 se estableció finalmente una definición jurídicamente vinculante mediante el Reglamento CEE 1576/89.
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Markus J. Eser
Weinakademiker und Herausgeber „Der Weinkalender“