Según Columela (siglo I d.C.) y Plinio el Viejo (23-79 d.C.), la variedad de uva blanca (también Aminea Gemina Maior o Vitis aminea) era la más importante y mejor en Roma en aquella época. Según Plinio, sólo la Nomentana se le acercaba en calidad. Según su descripción, Aminea se utilizaba para producir vinos blancos de gran cuerpo, fuertes y con capacidad de envejecimiento, por ejemplo, vinos antiguos tan famosos como el Surrentinum y el Falerner. Según Plinio, había cinco subvariedades diferentes de Aminea. Las variedades actuales Amigne, Falanghina y Greco Bianco tienen una cierta similitud, por lo que se pueden suponer descensos. Según una hipótesis, se supone que la variedad de uva Chasselas es descendiente. El ampelógrafo Hermann Goethe (1837-1911) sospechaba que el Traminer (Savagnin Blanc) también podía descender de él. Y por último, pero no menos importante, se menciona el Riesling. Sin embargo, para todas estas suposiciones más bien vagas, no hay, por supuesto, ninguna prueba genética de ADN, botánica o histórica. Véase también el apartado de variedades de uva antiguas.
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Dr. Edgar Müller
Dozent, Önologe und Weinbauberater, Bad Kreuznach