Los primeros viñedos de Europa se establecieron en el primer milenio del calendario principalmente a lo largo de los ríos o en sus laderas, a menudo en terrazas. En la antigüedad, también eran de gran importancia para el comercio del vino. Los romanos utilizaban dos rutas principales para transportar el vino en ánforas. Uno de ellos recorría el Garona desde el sur de Francia, en la región de Languedoc-Rosellón, hasta Toulouse y Burdeos hasta el Atlántico; el otro, desde Arlés, en el Mediterráneo, remontando el Ródano hasta Lyon, y desde allí por el afluente del Saona y por tierra hasta el Mosela y el Rin, y por éste hasta el Mar del Norte. Las masas de agua, como los ríos, los mares y los lagos, tienen un efecto positivo en la viticultura en varios aspectos y contribuyen así a la llamada aptitud vitícola (idoneidad de una zona para la viticultura).
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Por mis muchos años de trabajo como redactor con un enfoque vinícola, siempre me gusta informarme en la enciclopedia del vino cuando tengo preguntas especiales. La lectura espontánea y el seguimiento de los enlaces suelen conducir a descubrimientos apasionantes en el amplio mundo del vino.
Dr. Christa Hanten
Fachjournalistin, Lektorin und Verkosterin, Wien