Término latino que significa adaptación. En viticultura, el término se utiliza para la idoneidad de los portainjertos en determinados tipos de suelo. Se presta especial atención a la tolerancia a la cal y a la sequía. En caso de mala adaptación, las perturbaciones del crecimiento y la pérdida de rendimiento están a la orden del día. La acumulación de humedad provoca clorosis en los portainjertos, ya que la falta de oxígeno en el suelo conduce a la muerte de las raíces y, por tanto, a una carencia general. Véase también el apartado afinidad de los injertos.
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Dr. Edgar Müller
Dozent, Önologe und Weinbauberater, Bad Kreuznach